La palabra trauma viene del griego y significa «herida, ruptura». El trauma psicológico según la Asociación Americana de Psicología es «una respuesta emocional a un evento terrible como un accidente, una violación o un desastre natural». Pero no todo el que vive una experiencia de este tipo desarrolla un trauma. Una persona traumatizada puede sentir diversas emociones tanto inmediatamente después del evento como a largo plazo. Si los síntomas persisten y no disminuyen en gravedad puede indicar que el trauma se ha convertido en un Trastorno de Estrés Postraumático (TPET).
Sólo la persona que ha sufrido un trauma sabe lo que se siente. Es una experiencia desgarradora que altera el sentido de la realidad de la persona y su equilibrio personal. El tiempo avanza pero la persona se queda atrapada en su pasado, que invade constantemente su presente e impide que pueda vivirlo de forma plena.
El trauma es un evento imprevisto, inesperado, que marca un antes y un después en la vida de la persona. Incluso cuando la situación estresante perdura en el tiempo (como una guerra) suele haber un episodio específico que crea la ruptura, marcando el antes y el después.
Se trata de una experiencia extremadamente dolorosa que asusta y que permanece en la psicología y mente de la persona, en sus sensaciones. Incluso cuando el paciente ha reprimido la experiencia traumática (como puede suceder en el caso de violencia y de abusos sexuales), la persona tiene dificultades para volver a ver las imágenes (porque las rechaza), pero la sensación de lo que ha sucedido está presente de forma muy fuerte y clara.
¿En qué consiste el tratamiento para el trastorno por estrés postraumático (TPET)?
En psicoterapia breve estratégica el cambio se produce cuando la persona cambia la percepción de lo que sucedió. No se trata de sacar a la luz lo que está escondido sino de cambiar la percepción que la persona ha tenido hasta el momento, de modo que pueda devolver el acontecimiento traumático al pasado. Olvidarlo es imposible pero sí se puede lograr que el trauma deje de invadir el presente, permitiendo a la persona volver a vivir el presente y proyectarse hacia el futuro, dejando el pasado atrás. El proceso es doloroso porque la persona tendrá que enfrentarse a esos fantasmas del pasado que a diario trata de evitar. La persona que ha sufrido un trauma trata de borrar lo sucedido, trata de vivir como si aquello nunca hubiera pasado, sin lograrlo. En su intento de borrar lo imborrable, la persona sin darse cuenta hace que su trauma psicológico vaya cogiendo cada vez más y más protagonismo en su psicología y mente, bloqueando así la posibilidad de poder vivir su presente al margen del pasado.
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